Características del acoso escolar
El bullying es una repetición de ataques (físicos, verbales o emocionales) que implican un abuso de poder del agresor sobre la víctima. El niño maltratado queda expuesto física y emocionalmente, lo que genera terror ante la idea de acudir a la escuela, ansiedad, tristeza, aislamiento… Las secuelas psicológicas que puede generar un proceso de acoso escolar pueden llevar a la victima a tener ideas suicidas e incluso a materializarlas.
Las características básicas del acoso escolar son las siguientes:
Indefensión
La victima está indefensa frente a un agresor o un grupo de ellos. La víctima se considera más débil, ya sea porque realmente es menos fuerte o porque da una respuesta pasiva a los ataques. Si la victima puede significar un peligro, siempre se le atacará en grupo, reduciendo así sus posibilidades de hacer frente a la agresión.
Desigualdad
El agresor o agresores sólo atacan si saben que están en franca superioridad sobre la víctima. Podemos encontrar varios tipos de desigualdad:
- Desigualdad física: El agresor tiene más fuerza o más edad que la víctima.
- Desigualdad psicológica: Mediante las humillaciones y las amenazas, los agresores consiguen que la victima tenga miedo y se sienta inferior.
- Desigualdad social: Hay una desigualdad en el número de atacantes, de manera que todo un grupo ataca a una sola víctima.
Persistencia
Las agresiones son repetidas y persistentes, pudiendo prolongarse a lo largo de los años.
Ausencia de provocación
Las victimas no han provocado a sus agresores y no existe ningún comportamiento que justifique las agresiones.
Ignorancia o pasividad del entorno
Las conductas de bullying se mantienen porque las personas que rodean a la víctima no intervienen en el conflicto, ya sea porque lo aprueban o porque tienen miedo (caso de los niños testigos de las agresiones) o porque ignoran dichas agresiones (caso de los padres y profesorado).