El Bullying

El acoso escolar causa graves consecuencias psicológicas en los niños que lo sufren. Como padres, podemos sentirnos perdidos ante este problema y no saber qué decirle, cómo reaccionar o qué hacer para apoyarle y ayudarle en su recuperación emocional, psicológica y social.

A continuación os exponemos una serie de consejos que podéis seguir para apoyar psicológicamente a vuestro hijo ante esta situación:

• Los niños que sufren bullying necesitan desesperadamente sentirse apoyados por las personas que los rodean (padres, profesores…). Ese apoyo les dará fuerza para poder enfrentarse a sus acosadores. Por eso es vital que el niño se sienta escuchado, comprendido y apoyado.
• Cuando nos cuente lo que le sucede, jamás debemos minimizar el problema. Tampoco es conveniente dejarse llevar por la rabia y montar un escándalo. Debéis tratar de manteneros serenos, escuchar a vuestro hijo, valorar la situación y proponer soluciones.
• Hay que trabajar conjuntamente con el niño para encontrar una solución a su problema. El niño necesita saber que puede confiar en sus padres y contarles lo que sucede sin que estos vayan a empeorar la situación. Por eso, hay que ganarse la confianza del niño prometiéndole que no haremos nada sin consultarle primero.
• Las víctimas de acoso escolar suelen sentir una gran carga de culpabilidad. Nunca se debe culpar al niño por no haber podido defenderse por sí mismo. Hay que hacerle ver que él no es culpable de nada, sino que son los acosadores los que tienen un grave problema en su manera de comportarse y de relacionarse con los demás.
• Hay que ayudar al niño a elevar su autoestima, ya que el acoso escolar prolongado destruye la confianza y la seguridad en sí mismo que el niño pudiese tener. Hay que hacerle ver que él es una gran persona, ayudarle a encontrar sus cualidades positivas, enseñarle que merece todo el respeto del mundo…
• No se debe tratar al niño como una víctima, compadeciéndonos de él, dándole todos los caprichos o permitiéndole que desobedezca normas claras sólo porque lo está pasando mal. Lo más conveniente es que la convivencia en casa se mantenga lo más normal posible, para que el niño disponga de un lugar en el que comprenda las normas y se sienta seguro. Además, tratarle como una víctima puede hacer que el niño se etiquete de esa manera y que crea que nunca podrá solucionar su situación.
• Debemos dejar que el niño exprese sus sentimientos, aunque estos sean de llanto o rabia. El niño necesita sacar todas las emociones negativas que ha ido reprimiendo durante todos estos meses de silencio. Por ello, debemos entender que esas manifestaciones son positivas y que no deben alterarnos.