El Bullying

Es muy común que las personas que presencian agresiones a otro compañero en su centro escolar se mantengan en silencio, ya sea por pasividad, por miedo… Si éste es tu caso, hay una serie de puntos sobre los que deberías reflexionar:

• No puedes justificar tu pasividad diciendo que “es su problema”. Estamos ante agresiones no igualitarias en las que una o varias personas más fuertes se meten con una persona más débil, sin que ésta tenga ninguna posibilidad de defenderse, por lo tanto, esa persona necesita la ayuda de alguien más para defenderse.
• No son sólo bromas. En una broma se ríen todos los participantes, no se ríe todo el mundo de una sola persona.
• No pienses que el compañero acosado no sufre en realidad porque no es verdad. Ponte por un momento en su lugar e imagínate lo que sufrirías con esos ataques y viendo que nadie hace nada por detener los ataques y ayudarte. El daño que está sufriendo es muy grave y puede tener consecuencias que le hagan infeliz durante toda su vida.
• Actuar no es una opción, es una obligación. Cualquier buena persona que presencia como se daña a otro ser humano debe ponerse de parte de la víctima, decir basta y no reírse o permanecer callada. Muchas veces se pueden detener las agresiones sólo con mostrar que no estamos de acuerdo con ellas.
• Recuerda que con tu pasividad y tu silencio estás apoyando a los agresores, haciéndoles pensar que tienen tu apoyo y volviéndoles más fuertes.
• Apoya a la victima hablando con ella, insistiéndole para que hable con algún adulto y ofreciéndote a acompañarle o a pedir ayuda en su nombre, si él no se atreve.
• Contarle a un adulto lo que sucede no te convierte en un chivato ni en un cobarde, sino en una persona valiente y responsable que actúa como debe. Ser cobarde es atacar entre varios a alguien más débil o quedarse callado mientras abusan de otra persona.
• Busca apoyos entre tus amigos, tus compañeros, los padres y profesores… Entre todos podéis hacer mucho para luchar contra el bullying.
• Recuerda que hoy estás luchando por alguien que lo necesita pero que mañana puedes ser tú quien necesite ayuda y que, en ese momento, desearías que alguien rompiese su silencio y te apoyase.