Características familiares del agresor escolar
Según la mayoría de los psicólogos, en la raíz de las conductas de bullying puede encontrarse un modelo de educación familiar erróneo. Hay niños que reciben una educación sin supervisión, sin reglas fijas y claras, sin control paterno de sus conductas y amistades… Cuando el niño es educado de una manera demasiado permisiva, creyendo que todos sus deseos van a cumplirse y que sus malas acciones no tendrán consecuencias negativas para él, no interioriza el principio de realidad. Esta educación deficitaria tiene las siguientes consecuencias negativas:
- Estos niños no llegan a aprender que los derechos de una persona terminan donde comienzan los derechos de los demás. Para estos niños los derechos de los demás no existen o no son importantes. Esto provoca una total carencia de empatía, es decir, no son capaces de ponerse en el lugar de los otros, por lo que se mostrarán totalmente insensibles al sufrimiento de sus víctimas.
- Otra consecuencia es la carencia de altruismo. El ego de estos niños es tan grande que considera a los demás instrumentos para sus deseos. Por ello, será incapaz de comprender que los demás también tienen deseos y necesidades o que merecen respeto.
- Su umbral de frustración es muy bajo, es decir, se frustran si sus deseos no se hacen realidad o si encuentran dificultades en su camino. Además, estos niños no se hacen responsables de sus problemas o fracasos, sino que culpan a cualquiera (normalmente a un compañero con limitaciones o carencias que le hagan vulnerable) y seleccionan a esa persona como la víctima que pagará sus frustraciones.
Los niños con estas características de personalidad son denominados por algunos autores como “niños tiranos”.
Otra de las posibles causas familiares del bullying es la violencia familiar. Un niño que contemple agresiones frecuentes en el hogar aprenderá a dividir a las personas en dos grupos: agresores y agredidos. Si interioriza esta división, deducirá que ser agresor es la única manera de evitar convertirse en una víctima.
Según los sociólogos, la educación de los niños se está resintiendo por los cambios familiares que se están dando en la sociedad actual: trabajo de ambos progenitores, falta de tiempo libre para estar con los niños, aumento del número de divorcios… Todos estos factores pueden causar una educación errática de los niños y un aumento de sus niveles de ansiedad.
Por último, hay que aclarar que, aunque algunas de las causas de las agresiones escolares están en el ámbito familiar, no se trata de buscar culpables sino de encontrar soluciones. La educación que el niño recibe en la familia es fundamental para su desarrollo personal, emocional y social pero nadie ha preparado a las familias para ejercer esa función. Por ello, si nos encontramos ante la desagradable situación de que nuestro hijo es un acosador escolar, lo importante es aceptarlo y buscar soluciones y ayuda para superar este problema, que afecta no sólo a la victima sino también al agresor.