¿Cómo es un caso de bullying común?
Aunque cada caso de acoso escolar es único y, por lo tanto, afecta a su víctima de forma diferente, intentaremos explicar cómo es un caso de bullying “común”. El rasgo más característico de estas conductas es que se producen entre iguales, es decir, que tanto la víctima como su acosador o acosadores tienen el mismo nivel de autoridad. Normalmente, este tipo de conductas se da entre alumnos del mismo curso o de cursos de nivel similar.
Las conductas de acoso escolar suelen comenzar como “bromas”, en las que se humilla a la victima (utilizando insultos, motes…) o se le agrede levemente (pisotones, desequilibrarle para hacerle caer, empujones, pellizcos, pinchazos, golpes…). En ocasiones, es un solo acosador el que realiza estas conductas, mientras los demás compañeros ríen la broma o simplemente observan sin decir nada. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones, el acosador se rodea de un grupo de cómplices, por lo que a la víctima le resulta mucho más difícil resistirse o escapar.
En cuanto al tipo de persona que los acosadores eligen como víctima, podemos decir que, por desgracia, casi cualquier niño puede convertirse en víctima del acoso escolar. Basta con ser diferente en algún aspecto o despertar el odio o la envidia del acosador para que el bullying comience. Algunos ejemplos de posibles víctimas son las siguientes:
- Niños con características físicas especiales:
Los niños son muy crueles con cualquier problema físico. Así, puede convertirse en víctima del bullying cualquier niño con exceso de peso, con una estatura más baja que la media, que lleve gafas o aparato ortopédico, que tenga la nariz o las orejas grandes…
- Niños con minusvalías: Por desgracia, los niños con minusvalías físicas o psíquicas se convierten en víctimas perfectas para los grupos de acosadores. Las burlas y motes ofensivos están a la orden del día para cualquier niño con este tipo de problemas, ya que se les considera que son demasiado débiles para defenderse, que “no se enteran…”.
- Niños que destaquen en algo: La envidia también puede desatar las conductas de acoso escolar, por lo que el hecho de que un niño saque buenas notas puede convertirle en el “empollón” con el que meterse; si un niño tiene cualidades artísticas o simplemente es guapo, puede ser tratado de “mariquita” o “nenaza”…
- Como vemos, hay múltiples razones que pueden desatar el bullying. En ocasiones puede bastar que se le considere débil o que sea tímido y no tenga un grupo de amigos que le apoyen para convertirle en el “chivo expiatorio” del grupo de acosadores.