Cyberbullying
Hablamos de cyberbullying o cyberacoso cuando el niño o adolescente es amenazado, humillado o molestado mediante el uso del teléfono móvil, internet u otras tecnologías digitales.
A pesar de que muchas veces se piensa que este tipo de conductas son inofensivas y que no se puede hacer verdadero daño con un mensaje, una broma o una foto, la realidad es que este tipo de acoso es igual de dañino que el realizado cara a cara y que ya ha sido el causante del suicidio de algunos adolescentes en varios países. Hay que tener en cuenta que, mientras que en el caso del bullying “directo” el niño puede sentirse seguro una vez que abandona el centro escolar, las victimas de cyberbullying sufren agresiones en todas partes las 24 horas del día. No es suficiente con apagar el ordenador o no mirar el teléfono móvil. En todo momento, estos chicos están recibiendo mensajes amenazantes, saben que sus compañeros están publicando comentarios, fotos o videos sobre él para humillarle o burlarse, que utilizarán la información que han conseguido sobre él a través de su facebook o del MSN para hacerle daño…
Algunas de las conductas más comunes del cyberbullying son las siguientes:
- Envío de mensajes amenazantes o desagradables a través de SMS, del Messenger…
- Suplantación de identidad o robo de contraseña
- Publicación de fotos (reales o trucadas) con comentarios insultantes o despectivos
- Publicación de datos personales
- Creación de webs con contenidos ofensivos: Pueden incluir datos sobre la victima (reales o inventados), encuestas del tipo “¿Quién es el más gordo/feo/tonto del colegio?”…
- Publicación de fotografías o videos comprometedores: Se envían grabaciones de las agresiones efectuadas a la víctima, videos o fotos conseguidos sin su consentimiento…
- Envío de virus, suscripción a listas de pornografía, saturación del correo electrónico…
Es importante avisar sobre los peligros de las nuevas modas entre adolescentes de enviarse fotografías o videos provocativos, en los que aparecen con poca ropa o en actitudes insinuantes. Estos videos y fotos pueden conseguirse mediante engaños (haciendo creer a la victima que se está interesado sentimentalmente en ella) o mediante extorsión (“Si no nos la envías te lo haremos pagar” o “No seré más tu amigo si no me mandas esa foto”). Esta moda, denominada “sexting”, pone al adolescente a merced del acosador, que una vez que tiene esa foto o video comprometedor, puede seguir extorsionándole para conseguir más material pornográfico u obligarle a mantener relaciones sexuales. Además, en cualquier momento puede enviar esas imágenes al resto de compañeros, colgarlas en páginas web o en youtube, destrozando la reputación y la vida social de la víctima.
Es imprescindible que los niños y adolescentes reciban información sobre el uso de las nuevas tecnologías y de los posibles riesgos que conlleva para evitar que se involucren en problemas o se vean sometidos a situaciones de acoso.
Esta es la historia de Amanda, una joven canadiense que se suicidó en Octubre de 2012, después de los ataques de odio de sus compañeros de clase. Todo empezó con un acosador en internet y un chantaje relacionado con unas fotografías.
Si quieres leer más sobre esta historia, puedes hacerlo en este artículo